martes, 7 de mayo de 2013

Viviendo del toro (I)

Hay personas que no entienden que me apasionen los animales y que, a la vez, me gusten tanto los toros. Siempre utilizan los mismos tópicos. Uno de ellos, el más común, es el de "criar a un animal para verlo sufrir". Y no entienden que existan veterinarios a los que les guste la tauromaquia y el toro bravo. Creen que ambas cosas son imposibles, incompatibles, que no tienen nada que ver. Piensan que el amor a los animales no puede estar unido al toreo. Y se equivocan completamente, al menos desde mi punto de vista.

No saben que el toro que se lidia en la plaza, con su muerte, posibilita la vida a otros animales. No hay que pensar mucho para saber que si no existiesen las corridas de toros el toro bravo desaparecería y que él engloba a muchas vacas, sementales y becerros. Pero aún así los antitaurinos justifican la desaparición de todos estos animales pertenecientes a la raza bovina de lidia. Ahí su amor por los animales se "tambalea" un poco. De todos modos si ahondasen más en la materia se darían cuenta que la desaparición del toro bravo se llevaría de la mano a muchos seres vivos más.

No hay que decir que, en un país donde no sobran especialmente, se perderían muchos puestos de trabajo. Pero suponiendo que a los antitaurinos las personas que rodean al toro y todas sus tradiciones les dan igual, suponiendo que solo se mueven por el amor a los animales, me gustaría que investigasen un poco más.

Sin el toro, el trabajo y las tradiciones de estos hombres se perderían
Me gustaría que fuesen un día al campo a observar al toro. No en un coche ni en un tractor sino andando. Que dejasen el coche lejos de los cerrados y se diesen un paseo. Una vez allí que se sentasen debajo de un árbol y que se dedicasen a observar a los toros y a todo lo que les rodea. Quizás se llevarían una grata sorpresa y verían que al toro le acompañan muchos animales más. Que no solo es el toro. Que hay unos animales que trabajan día a día con los hombres del campo y que están allí gracias al toro. Las yeguas pastan libres con los lotes de vacas y, cada una, le da la vida a un potro todos los años. Esas yeguas y sus potrillos no tendrían sentido sino existiesen toros bravos. Los hombres no necesitarían caballos para trabajar a diario ¿Para qué criarlos?

Gracias al toro esta yegua dará a luz dentro de poco...
...y con el tiempo su retoño se transformará en un potro como éste
Observando tranquilamente al toro quizás se darían cuenta de más cosas. Podrían observar que el pienso que esparcen los toros alrededor de los comederos es la comida de otros animales que conviven con ellos. Las palomas viven en bandadas en los cerrados y se alimentan gracias al toro. Es común verlas volar de cerrado en cerrado aprovechando cada grano que se sale de los comederos. Si quitasen los toros ¿de que pienso comerían estas palomas?

Las palomas aprovechan el pienso que cae fuera de los comederos...
...y cuando los toros han terminado también se alimentan de lo que sobra
 Con suerte al volver al coche podrían ver una imagen inusual. Podrían ver que esas cigüeñas que van desapareciendo de las ciudades por la contaminación también son compañeras del toro. Ellas no se aprovechan de su alimento, se aprovechan de la tranquilidad y de la naturaleza pura y sin alterar que rodea al toro bravo. Viven con él y anidan en los árboles en los que el toro se rasca cada mañana. Aquí nadie las molesta. Si quitamos al toro ¿vivirían igual en las ciudades o en fincas cultivadas con pesticidas incluidos?

La cigüeña vuela tranquila alrededor del eral...
...y anida en los árboles que le dan sombra a los toros
Quizás al llegar al coche se darían cuenta de que no solo es el toro, que además hay muchos animales que viven gracias a él y que si se pierde el toro quizás se pierdan más cosas de las que piensan. Quizás tras este paseo entiendan porqué hay personas que aman a la naturaleza, a los animales y al toro a la vez. Puede que tanta belleza les haya abierto los ojos y que, al menos, pasen a entendernos y a respetarnos. Entonces estaría demostrado su amor por la naturaleza, al igual que lo demuestra el toro cuando muere en la plaza, que muere y con su muerte le da la vida a todos estos animales.

7 comentarios:

  1. Es tarea complicada el hacer ver esto a gente que no quiere verlo Alberto. A mi personalmente me ha soltado eso de "si se tienen que extinguir que se extingan", cosa que por ejemplo no me dicen que el lince. Y que conste que yo soy el principal defensor del lince Ibérico y que los tenemos aquí cerquita en Doñana.

    El problema de los Antis, como bien dices, es que ni conocen al toro ni quieren conocerlo. Solo se basan en sus creencias desfasadas. Te podría poner muchos ejemplos de antis que, despues de conocer al toro en su medio natural, empiezan a comprender todo esto aunque sigan sin ir a una corrida de toros. Y tu mejor que nadie sabes de que te hablo que tienes una persona al lado que te lo puede decir. Se basan en un radicalismo extremo que es típico de otras lides.

    En fin, una preciosa entrada como no podría ser de otra forma. Un abrazo campeón.

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    1. MARIN:Le iba a dar otro enfoque a esta entrada pero se me ocurrió que sería una buena forma de mostrarles a los antitaurinos algo más sobre la vida del toro. De todas formas ya suponía que no serviría de mucho porque no hay más ciego que el que no quiere ver, y los antitaurinos prefieren emborracharse de tópicos en lugar de investigar sobre el tema antes de hablar.

      Pero bueno MARIN por lo menos que nos sirva a los taurinos para recordar todo lo que engloba al toro bravo y para darnos ánimos y motivos para seguir luchando por él.

      Un abrazo y ¡muchas gracias!

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  2. Los antis, como tu los llamas, nos acusan sistemáticamente de brutalidad y primitivismo. Muchas veces entro en debate con algunos de ellos y yo siempre les acuso de ser gente con sensibilidad limitada. Con carencias para apreciar matices y entender realidades complejas.
    ¿que en la fiesta muere el toro? ¡eso lo ve cualquiera!, lo vemos todos.
    ¿que la fiesta sólo es la muerte del toro? ¡eso únicamente lo puede defender alguien con sensibilidad muy limitada.
    Pero últimamente, renuncio a explicárselo.
    Os contaré una anécdota.
    Por razón de trabajo me entrevisté con un arquitecto ntitaurino en Barcelona. Se sorprendió mucho al acabar nuestra jornada de trabajo cuando se enteró de que soy aficionado a torear en el campo.
    Me dijo lo de siempre, lo de la brutalidad, lo de la sangre, lo del picador, en fin su discurso y su defensa "sensiblera" de la naturaleza.
    Finalmente me preguntó lo que tantas veces me han dicho: Y tú siendo como eres ¿por qué toreas? No lo entiendo.
    Simplemente le contesté:
    - Y tú que nunca has visto un toro, que defiendes tanto la naturaleza, ¿nunca has sentido la necesidad de medirte con ella? ¿de enfrentarte con un animal cuerpo a cuerpo? ¿de probar tu inteligencia? ¿de expresar una intención artística? ¿de poderle al miedo?
    - Es bonito eso que dices pero no entidendo de lo que me hablas.
    -Que no lo entenderías, eso ya lo sabía yo, pero ningún aficionado necesitaría la más mínima explicación para entenderlo".

    Por cierto, te dejo un enlace en el que puedes ver un reportaje de la ganadería de Rollanejo, de la que hablamos en una entrada anterior y - si te ves el programa - tal vez encuentres una sorpresa que dura 4 o 5 segundos. No te rías mucho.
    http://www.youtube.com/watch?v=PAMNCOLtvdo

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    1. Felipe: Los antitaurinos pecan de falta de sensibilidad y argumentos, pero yo casi que los entiendo. Si de lo único que se preocupan es de escuchar mentiras y de repetirlas, es normal que piensen así. Lo que no entiendo es que se dejen influir tan fácil. No entiendo que nos acusen sin haber constrastado esas opiniones con las que les influyen tan mal. Que vayan al campo, que conozcan al toro y como vive y, después, que opinen sobre una base y sobre sus propias experiencias. Pero así no hay ninguno ¿Por qué? Porque todo el que conoce al toro se acaba enganchando o, al menos, nos acaba entendiendo.

      Felipe es normal que no te entendiese. Esas sensaciones hay que vivirlas para entenderlas, sino es muy complicado entender algo de este mundo. El otro día un compañero de clase me decía que no entendía como nos podíamos gastar el dinero de una entrada (con lo que valen) si quizás no veíamos nada. Le contesté que por eso enganchan los toros, porque quizás un día no veas nada pero otros con un simple muletazo, una arrancada o una faena sales tan "envenenado" que ya tienes que ir más veces para volver a experimentar la misma sensación. Tampoco me entendió, pero me da igual, con que me respeten y me dejen disfrutar tranquilamente de mi afición me conformo.

      Felipe he visto el programa y me ha gustado. La sorpresa me ha gustado bastante ¿cómo me voy a reir? Bastante valor tienes en ponerte delante y tranquilo que poco a poco irás mejorando, que eso es cuestión de ponerle ganas y valor y no te faltan ninguna de las dos cosas. Me podías enseñar, que algún día quiero probar y ponerme delante también.

      Un abrazo Felipe.

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  3. Alberto:
    A los antis no hay que intentar comprenderlos, porque al final acabas en el cotolengo con la camisa de fuerza. ¿Te has fijado que la mayoría de estos amantes de la naturaleza viven muy alejados de ella y que pretenden adaptar esa naturaleza a su medio urbano? Con el consiguiente trastorno que supone para los animales. Son los que piden las cosas a los animales por favor, los que tienen en su casa, aquí en Madrid, por ejemplo, un perro de Alaska o de Siberia, con unas temperaturas de 40º en verano y superiores a los 25 desde abril o mayo, hasta septiembre u octubre. Qué bonito este amor a los animales. Mascotas que se pasan el día solos en casa, que no pueden correr, ni tan siquiera convivir con otros de su especie y de otras especies. ¡Qué bonito! Eso sí, que no haya corridas, que se dejen los toros libres en el campo, como si esto fuera posible. Lo ideal para que ellos vayan por un prado paseando, se encuentren con unos pocos de estos mozos y que se acerquen aacariciarles. ¡Qué disparate! Ni se plantean que si mañana desaparecen los toros, aparte de esos puestos de trabajo, desaparecerían todos esos espacios naturales que están igual que hace siglos. Que cosas, Italia, un país tan civilizado, tan en contra de los toros, aunque el nombre del país significara "toro" según la lengua de los etruscos, carecen de espacios naturales, allí donde se prohibió la caza y donde no hay corridas de toros. A ver si miran un poquito más allá y se enteran de las consecuencias que traerían sus estupideces.
    Un abrazo y que conste que yo entiendo a la perfección ese amor por los animales y por esta Fiesta. Es pura lógica, pocas cosas puede que sean tan consecuentes.

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    1. Enrique: Que razón tienes. Por la facultad veo muchos de estos antitaurinos, que como dices la mayoría son de ciudad, y que para no dejar a sus perros solos en casa se los llevan al botellón. Ahora en Cáceres es el festival ese de "música" llamado Womad y yo cada año me voy. Allí muchos jóvenes se emborrachan y aquello se pone que no cabe un alfiler, y por allí "pasean" los perros desconcertados detrás de sus dueños. Y, no lo dudes, son antitaurinos y "amantes" de los animales. Eso si que es maltrato animal.

      Claro que sí Enrique. Si quitan al toro todos sus espacios naturales serán utilizados para el cultivo y desaparecerán tanto la vegetación autóctona como la fauna. Pero da igual, mejor que desaparezca todo esto para que cuatro de ciudad que no se han informado nada estén felices.

      Dentro de poco tengo pensado otra entrada con otros animales que viven aun más directamente del toro y que les gustan mucho a los antitaurinos. Me gustaría saber que opinan de todo esto.

      Un abrazo Enrique y gracias por entenderme.

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