martes, 4 de diciembre de 2012

La Arrancada

Del toro bravo una de las cosas que siempre me llamó la atención es su comportamiento. Siempre estaba atento a las interacciones de los toros con sus compañeros y con el medio que les rodea. Me gustaba observarlos escarbar, reburdear, pelear, descansar a la sombra, correr, desafiarse, rascarse... Y siempre me gustó pensar porqué lo hacían. Había veces que lo asociaba a un cambio de tiempo o de temperatura, otras a que era la hora de comer, que había que organizar el puesto de cada uno enfrentando sus cabezas y pitones, que estaban descansados y tenían que hacer uso de esa energía acumulada, que alguna hembra se encontraba en celo en algún cerrado cercano, que alguno de ellos estaba enfermo...
Siempre me gustó observar el comportamiento del toro en el campo
Hacía mil cábalas y predicciones de porqué actuaban así en ese momento y no en otro, de porqué se miraban, se ponían de lado antes de la pelea, de porqué hacían grupos entre ellos...
Pero de todos los comportamientos que puede tener un toro bravo el que más me gustaba era la arrancada. Me gustaba muchísimo ver a un toro acometer contra lo que fuese y como fuese. Aunque lo hiciese hacia mí y el caballo que estuviese montando. Ver a un toro mirarte seriamente, avisarte de que se va a arrancar y, tras varios segundos, tenerlo pegado a la cola de tu caballo es una experiencia indescriptible.
Llevar a un toro arrancado a la cola de tu caballo es inigualable
 Y es que una de las cosas que aprendí con el tiempo es que el toro casi siempre avisa. Pocos toros fueron los que vi arrancarse sin avisar y pienso que sí avisaron pero, quizás, no siempre eres capaz de captar ese aviso. Pero salvo excepciones el toro en el campo casi en todas las ocasiones te mira serio, suele levantar la cara, pone todos sus músculos en tensión, si está comiendo, bebiendo o rumiando deja de hacerlo y cierra la boca y en muchas de las ocasiones desisten de arrancarse. Normalmente te avisan y pocas veces cumplen su aviso. En la mayoría de las ocasiones desisten de ello o porque tú captas el aviso y te quitas del medio o porque simplemente no lo consideran necesario, se dan la vuelta hacia su querencia y se van con paso arrogante y desafiante.
Debes estar atento, si te mira serio, levanta la cara y se pone en tensión te está avisando
Tras muchos años determiné que es raro que un toro se arranque en el campo. Aunque lo provoques es extraño verlo, quizás por eso me llamó tanto la atención siempre, por su rareza. Y por eso, por la menor posibilidad de observarlo es por lo que pude sacar menos conclusiones que de otros de sus comportamientos. Lo que sí aprecié es que el toro normalmente se arranca hacia su querencia, hacia su lugar habitual, donde está más cómodo. Si te pones entre su querencia y él normalmente se arrancará con un tipo de arrancada que es como una forma de escape: "o te quitas o te quito". Casi en todas las ocasiones suelen ser arrancadas sin demasiado peligro sobre todo si te quitas rápido, puesto que el animal rápidamente busca su querencia.

Otro tipo de arrancada es la que se realiza por enfermedad. Cuando un toro está enfermo, con alguna cornada, está cojo o le origina dolor el desplazarse normalmente se arranca para que lo dejes tranquilo. El vaquero evidentemente no lo quiere dejar tranquilo puesto que, por el bien del animal, quiere curarlo y casi en todos los casos la situación se vuelve complicada. Al final suele ganar la paciencia y la destreza de nuestros hombres de campo.

Hablando de arrancadas no podemos olvidar la famosa arrancada por orgullo, la del toro pegado. El toro suele estar solo, dejado de lado por sus compañeros, casi siempre tras alguna pelea. Y todos sabemos que el toro es un animal orgulloso y herido en su orgullo puede llegar a ser muy peligroso. Estas arrancadas suelen dar muchos problemas a personas ajenas a la ganadería. Y han sido muchos los esparragueros, cazadores furtivos, buscadores de tagarninas e higos chumbos los que han muerto en las astas de algún toro pegado. De ahí a que muchas fincas delimiten su territorio con la típica advertencia: "Peligro ganado bravo".
Es frecuente encontrar en los alrededores de las fincas de bravo algún aviso
 Y tras todas estas variantes hay muchas más que depende de cada toro y la situación. Tras todo este tiempo aprendí que hay arrancadas provocadas, otras nobles y templadas, mansas, rápidas, inesperadas, unas que  con sentido cortan terreno y otras que te siguen como un perro, unas que parecen que te van a coger y no lo hacen y otras en las que estás relajado y te machacan con dureza, algunas que son de verdad, por bravura, y otras que son para aparentar, de mansedumbre... También aprendí a soportarlas e incluso disfrutarlas, pero, por desgracia, también aprendí otra cosa, con cualquier tipo de arrancada, sea de un animal más grande o más pequeño, puede irse tu propia vida.

4 comentarios:

  1. Buena entrada Alberto. Yo he observado que el cambio de tiempo los pone revueltos, aunque eso no significa que se te arranquen. Tambien me dice mucho cuando levantan la cabeza y empiezan con ese típico "temblique" que es delatador.

    El toro pegado es peligrosisimo, y por aqui tambien hay muchos esparragueros, que han ido buscando acelgas o gurumelos que han caido con un toro pegado. Incluso mayorales y vaqueros. Pero tambien lo asocio muchas veces a animales en concreto. Es igual que las personas, que sabes que siempre hay un reo que todo le sienta mal y con poco te forma un pollo.

    Pero lo que si te puedo decir es que yo he llegado a la conclusión de que SIEMPRE te avisan. Es muy raro que uno se te arranque así por las buenas.

    Enhorabuena otra vez Alberto. Un saludo

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    1. MARIN:
      Yo creo que el cambio de tiempo les afecta más a otros comportamientos como las peleas, el escarbar y a la actividad del grupo pero no afecta tanto a la arrancada. Lo que sí es verdad es que hay días que las faenas salen perfectas, sin ningún contratiempo, pero otras veces los animales están mucho más revueltos y lo complican todo, y esto si creo que está influido por los cambios de tiempo y variables de ese tipo. De otros comportamientos hablaré en entradas sucesivas.

      Totalmente de acuerdo que depende del toro. Hay toros muy nobles que no se arrancan nunca en el campo y otros que a la mínima los tienes encima. De hecho hay algunos que no soportan verte entrar en su cerrado a caballo y los he visto arrancarse incluso a la alambrada. Creo que ese "temblique" tan característico depende del toro, al igual que un "berreito" característico con la boca cerrada que algunos emiten antes de arrancarse. Pero sí es cierto que ambos son muy frecuentes.

      También estoy de acuerdo en que siempre avisan pero algunos más que otros y hay veces que como no estés atento no te das cuenta y entonces tienes un problema.

      Muchas gracias MARIN. Un abrazo.

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  2. Alberto me encanta el sabor campero del blog.
    Yo no conozco al toro en el campo tanto como vosotros,pero aun así he podido ver lo que contáis.
    Personalmente he vivido más la arrancada de la becerra en la placita de tientas y, desde luego siempre avisa.
    Todos los animales te marcan su distancia y te anticipan su arrancada con la mirada, con las orejas, con ese temblor nervioso, cada uno de forma distinta, pero todos te advierten que has entrado en su terreno.

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    1. F.Romero, antes que nada, gracias por tus felicitaciones.
      Es cierto que siempre avisa pero, como bien comentas, cada uno de forma distinta. Aun así, pienso que la arrancada del toro en la plaza y en el campo es distinta. De la plaza se sabe bastante más y pienso que se entiende más porque estás más atento a la arrancada. En la plaza de tientas esperas la arrancada y te fijas en todos los detalles y es más fácil advertir ese aviso.

      La arrancada en el campo tiene bastante menos proporción de aviso, o al menos es más difícil captarlo, primero porque es raro que un toro se arranque en el campo, y luego porque normalmente estas trabajando con un grupo numeroso de toros y no puedes estar al cien por cien atento a cada uno.
      Pero aun así, estoy de acuerdo que todos avisan, en mayor o menor medida según las condiciones, pero siempre avisan

      Un saludo, de nuevo gracias por tus felicitaciones y me alegro muchísimo de que te guste.

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