lunes, 26 de agosto de 2013

Te conviertes en un vaquero... (I)

Por un día eres un vaquero del campo bravo. Da igual el día, la ganadería, la finca... Lo importante es el sentimiento. Después de comer estás en el campo y tienes que hacer tu trabajo. Primero vas a casa del mayoral. A pesar de la confianza, el respeto en el campo es sagrado y por delante van las "Buenas tardes". Tras una pequeña charla el mayoral te dice: "Son las cinco, vámonos para las cuadras"

Una vez allí te diriges hacia tu caballo. Como de costumbre lo acaricias a modo de saludo, lo cepillas un poco y le pones la montura y el bocado. Antes de salir lo amarras en la argolla de la pared de fuera, bebes un poco de agua del botijo y te pones un sombrero de paja más fresco que la gorra habitual. El mayoral te espera montado en su caballo. Metes el pie en el estribo y sales por el carril hacia el cerrado de las vacas.

Lo amarras en la argolla de la pared de fuera...
 Una vez allí abres la cancela y te diriges a los acebuches que están pegados a la pared de piedra. Sabes que a esta hora siempre están allí a la sombra refugiándose del calor. Te metes entre ellas y, acostumbradas a tu presencia, ni se mueven. Tienes que esquivar a las que están echadas porque no se levantan. Al paso, muy despacio, las vas contando y miras que estén todas bien. Cuando te vas pasas tan cerca de la 434 que casi le puedes contar los pelos de las pestañas.

Vas a los acebuches cerca de la pared...
...las que están echadas ni se levantan...
...y pasas tan cerca que le cuentas las pestañas
Vas hacia "El Lomo" donde el mayoral repasa el otro lote de vacas. Al pasar por el pilar le das agua a tu caballo y la perra que siempre te acompaña aprovecha para refrescarse también. Llegas a las vacas y en el centro de ellas el conocedor las cuenta y repasa minuciosamente.

Le das agua a tu caballo y la perra se refresca también...
...y observas al mayoral repasando el otro lote de vacas
 Juntos, al son que manda el mosquero de los caballos, dejaís a las vacas detrás. Pasada la cancela os volveís a separar. Él se dirige a los utreros y tu vas a ver a los erales. El sonido de los cascos del caballo te acompaña mientras un águila surca el cielo. Los erales pastan tranquilos. Pasas entre ellos y ni te miran, pero al contarlos te falta uno. Tranquilamente lo buscas. Al pasar por unos cardos ves un avispero y casi al lado encuentras al eral escondido entre el pasto.

El águila te acompaña hacia los erales...
...que pastan tranquilos, pero te falta uno...
...buscándolo encuentras un avispero...
...y al final lo encuentras escondido entre el pasto
 Entre tanto la tarde va cayendo. Repasas el alambrado de los erales y pasas por el arroyo. Está casi seco pero todavía quedan algunos charcos. Entre las piedras un sapo te mira extrañado. Sigues tu camino y, a lo lejos, te encuentras a los cazadores que vuelven a casa.

Al pasar por el arroyo te encuentras un sapo...
...y más adelante los cazadores, escopeta al hombro, vuelven a casa
 Llegas a las cuadras, duchas a tu caballo y le echas un poco de pienso. Te quitas las botas y antes de subir a tu casa te das un paseo por los cerrados de toros para entretenerte. Uno de los toros te observa sorprendido tras el alambrado. Otro te mira escondido tras los palos. Al poco tiempo se relajan y ya no te hacen caso. Te sientas allí y respiras el olor al pasto que se va humedeciendo con el frescor de la tarde. Una libélula se posa en el alambre delante de ti mientras el negro escarba inquieto.

Te mira sorprendido tras el alambrado...
...y éste se esconde tras los palos...
...mientras la libélula viene a verte al alambre...
...y el negro escarba inquieto
 El sol está muy bajo y te regala los últimos rayos de luz. Ya te ibas cuando dos novillos empiezan a pelearse. La pelea dura poco porque otro ataca por detrás a traición y uno de ellos no tiene más remedio que huir. Preocupado por lo que pueda pasar esa noche vuelves a casa.

Antes de irte dos novillos se pelean...
...y otro ataca a traición y hace que la pelea termine rápido
 Tras una cena ligera te acuestas. Todavía hace calor y duermes con la ventana abierta. Tras la reja la luna te acompaña esa noche. Un mochuelo suena en la oscuridad y al poco tiempo los toros empiezan a reburdear. Entre el calor y la inquietud empiezas a sudar. La pelea cada vez es más intensa y los mugidos retumban en el silencio de la noche. Pasado un rato los toros se calman y el viento cambia. Una leve brisa entra por la ventana, el cansancio te gana y finalmente te duermes...

martes, 20 de agosto de 2013

Toros de Fuente Ymbro para Bilbao 2013

Ya ha arrancado una de las ferias más esperadas del año, el Aste Nagusia de Bilbao. Este año un cartel destaca sobre el resto y es el del viernes 23 de Agosto. Iván Fandiño se enfrenta mano a mano con Miguel Ángel Perera con toros de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro. La expectación es máxima.

La corrida apartada para tal acontecimiento es, como suele ocurrir con las corridas de la divisa verde, una corrida muy seria y rematada, aunque desde mi punto de vista algo desigual. Con ella Ricardo Gallardo intentará recuperar el crédito perdido durante sus últimas comparecencias. La excelente presentación está asegurada. Esperemos, por el bien de la fiesta, que de buen juego.

Aquí os dejo los toros que posiblemente saltarán a la oscura arena del coso de Vista Alegre:

Nº 41, Guarismo: 8 (cinqueño), Pelo: Negro Listón




Nº 64, Guarismo: 9, Pelo: Negro Zaíno



Nº 131, Guarismo: 9, Pelo: Castaño Bociblanco



Nº 34, Guarismo: 9, Pelo: Negro Zaíno




Nº 125, Guarismo: 9, Pelo: Colorado Ojo de perdiz Bociblanco




Nº 151, Guarismo: 9, Pelo: Colorado Bragado Meano Axiblanco Ojo de perdiz Bociblanco



Nº 137, Guarismo: 9, Pelo: Negro Bragado




Nº 15, Guarismo: 9, Pelo: Colorado Listón Ojo de perdiz




Nº ¿?, Guarismo: 9, Pelo: Negro



Nota: Disculpen la calidad de algunas imágenes. Un saludo.

sábado, 10 de agosto de 2013

El Viento y el Toro

Estamos en el mes de Agosto, pleno verano en la Península. En casi todos los lugares de España el calor aprieta. En el centro de la provincia de Cádiz, en Medina Sidonia, lo que aprieta es el levante. Y es que este rincón se caracteriza, además de por sus toros y sus playas, por ser una zona muy ventosa.

El viento en este rincón le peina el flequillo a las vacas...
...y hace que algunos árboles crezcan con una forma singular
Entre las callejuelas de Medina es raro el día que no sopla el viento. Puede venir desde cualquiera de los puntos cardinales: el más frío del Norte, la denominada "marea" del Sur por venir fresco desde el mar, el llamado "poniente" que procede del Oeste que es donde se pone el sol, y el rey de todos, el temido y potente "levante" que viene del Este. Como podeís suponer se denomina "levante" porque es por donde se levanta el sol cada mañana.

Las bonitas calles de Medina son visitadas asiduamente por el "levante"
Cada uno de estos tipos de viento es diferente y afecta a la temperatura, a los cultivos y a la manera de vivir de las personas. Ahora en verano cuando el levante sopla con fuerza casi todos los habitantes de la provincia piensan en la playa. Con este viento es casi imposible tumbarse en la arena. Desde mi ventana, como casi siempre, yo no pienso en el mar, pienso en los toros y en su comportamiento.

Pienso en el toro, en el misterio de su comportamiento
En verano con las temperaturas tan altas la vida del toro cambia por completo. En general el toro se muestra más activo cuando el calor aprieta menos, al amanecer y al atardecer. Es a esas horas cuando el toro va al comedero a buscar el pienso y al pilar a beber. También al estar más activos es cuando se relacionan con sus compañeros y aparecen las peleas. Sin embargo, en las horas más calurosas del día los toros se limitan a refugiarse del calor y las moscas debajo de los acebuches.

Al atardecer los toros se acercan al pilar...
...y al estar más activos aparecen las peleas
Sin embargo, al mediodía descansan a la sombra de los acebuches
Pero este comportamiento habitual se puede ver alterado por el viento que sople. Los días en los que el viento sopla más fresco el toro sale antes de la sombra. Esos días de "poniente" o "marea" los mugidos se escuchan a media tarde y los toros se suben a lo más alto del cerrado para aprovechar el viento fresco de la tarde. Ese viento al proceder del mar es mucho más húmedo y refresca las hojas de los acebuches. Para los toros ese frescor es muy apetecible y es frecuente verlos en estas tardes frescas, antes del atardecer, ramoneando en los árboles que al mediodía los protegen.

Los días de "poniente" los mugidos se escuchan antes...
...los toros buscan el aire fresco en las alturas...
...y se refrescan con las húmedas hojas al atardecer
El viento más temido en esta zona es el "levante". Su fuerte presencia silba entre las esquinas de Medina y levanta el polvo en los cerrados de los toros. La gente del pueblo se altera con este viento y los toros también. El "levante" unos días antes de aparecer trae mucho calor. En Medina las mujeres lo barruntan y se reúnen al fresco en los patios de las casas intentando evadirse de las altas temperaturas. En el campo los toros te confirman la inminente llegada del fuerte viento con su comportamiento. Como la anciana en el patio con su abanico los toros también están "barruntones". A pesar del intenso calor están muy inquietos y se suceden mugidos y peleas. Otros no paran de escarbar como queriendo esconderse de aquello que presienten. Se miran de lado y la tensión se palpa entre el bochorno.

Las mujeres, en los patios, barruntan el levante...
...los toros se alteran y se miran desafiantes...
...mientras otro escarba y cabecea inquieto...
...y se palpa la tensión entre los colorados
Esa tarde el vaquero vuelve preocupado al cortijo. Sabe que el levante está a punto de llegar y que esa noche puede haber alguna cornada. De madrugada el mugido de los toros le desvela y el sonido de los cuernos chocando no le deja dormir. Finalmente el cansancio le puede y se queda dormido. A la mañana siguiente se despierta tranquilo al ver los molinos girar sin parar en dirección a donde sale el sol. El levante, como barruntaba la anciana y los toros, ha llegado y con él, a pesar del polvo y la molestia que ocasiona, vuelve a reinar la calma en el campo bravo...

El vaquero y el mayoral vuelven inquietos al atardecer...
...y tras la noche respiran tranquilos cuando aparece el levante al amanecer...
...como predijo la anciana en el patio y el toro en el campo...
...y a pesar de la molestia del polvo...
...la calma vuelve a reinar en el campo bravo...