lunes, 23 de diciembre de 2013

Muchas gracias y ¡Feliz Navidad!

En estos días hemos superado las 50.000 visitas en el blog. Aunque creo que las visitas es lo de menos, debo expresar mi gratitud a todos los que visitaís este humilde blog de toros y campo. Estos escritos que aquí comparto me han dado la posibilidad de hacer muchos amigos, muchos más de los que yo pensaba en un principio. He podido conocer a muchas personas, de lugares muy distintos, de personalidades muy diferentes, pero todas compartían algo en común, el amor por el Toro Bravo.

Amigos que me han apoyado cuando lo he necesitado, que han hecho que mantenga e incluso aumente mi afición, que me han ayudado a seguir aprendiendo. Y eso sí que es importante y merece mi más sincera gratitud. Son muchos y todos han aportado algo. De mi amigo Enrique Martín siempre me ha sorprendido la capacidad de escribir de la que he intentado aprender, Marín me ha aportado su amor por el toro y el campo y ha hecho que mi afición se multiplicase por dos, de Felipe Romero he aprendido que la afición puede llegar a ser inmensa y consiguió meterme el gusanillo de ponerme delante de una becerra, de Carlos Mijarra he aprendido a luchar por el Toro y por la Fiesta y he encontrado casi un alma gemela, de Matito y de todos los amigos del grupo de WashatsApp he aprendido a disfrutar de la amistad y de esta afición que nos une, Arsenio Ramírez me ha aportado el amor por la fotografía y en dos ratos me enseñó a utilizar la cámara, Jose Luis Prieto me enseñó a afinar todavía más en los pelos y pintas del toro, Pedrito comparte conmigo una envidia recíproca, él por ver el toro en el campo y yo por ver el Toro y la afición de Francia, Haroldo me manda afición desde "el otro lado del charco" y yo se la mando a él, Paco Gallardo y Francisco Relinque me pusieron hace poco delante del toro de hablar en público y compartimos un rato inolvidable... Como veís han sido muchos, y muchos más que se quedan en el tintero, los amigos que he podido hacer a través de este humilde blog. Y eso sí que es de agradecer. También quería dar las gracias a todos los amigos y familia que me han apoyado desde Cáceres, desde Medina, desde el campo y desde todos sitios. A ti que me lees esporádicamente gracias también. Gracias a todos y gracias al Toro, que sin él no tendría tan buenos amigos como tengo.

Un fuerte abrazo a todos en estos días y ¡FELIZ NAVIDAD!

En estos días en los que junto a la chimenea...
...se reúne la familia...
...se juntan los amigos...
...e incluso aparece aquel amigo que estaba escondido...
...en estos días en los que nos acordamos de los que se fueron...
...y se nos cae la baba con algún regalo...
...quería desearos ¡FELIZ NAVIDAD!

sábado, 7 de diciembre de 2013

Tertulia Taurina: "Los Encastes"

El próximo día Lunes 9 de Diciembre a las 20.00 horas se celebrará una Tertulia Taurina en Santa Lucía (Vejer de la Frontera), en la que expondré un tema tan interesante como "Los Encastes del Toro de Lidia". Primero trataré el origen del toro de lidia y, desde ahí, nos iremos introduciendo a través de las Castas Fundacionales en los diferentes Encastes hasta llegar a ganaderías de nuestros días y su momento actual.

También daré mi opinión sobre la situación actual de los Encastes y se abrirá un turno de preguntas y debate donde todos dialogaremos sobre el tema en cuestión. El evento tendrá lugar en un ambiente casi familiar, rodeado de buenos aficionados y donde todos intentaremos pasar un buen rato. Os animo a asistir. Toros, diálogo y buen ambiente están asegurados.


Nota: en los próximos días se recuperará la actividad normal de "El Secreto de la Bravura" y, al menos, una publicación por semana está asegurada. Un saludo a todos y perdonen la inactividad en estos días atrás.

martes, 19 de noviembre de 2013

El Misterio del Otoño...(II)

Hace poco que te terminaste aquellas deliciosas cabrillas con tomate y te has sentado un poco a reposar la comida. Estás cansado, con la barriga llena y el cómodo sillón parece abrazarte. Te empieza a entrar mucho sueño y los párpados te pesan. Te echarías una buena siesta pero miras el reloj y son las tres de la tarde. Los días en esta época del año son muy cortos y debes salir al campo ya. Te levantas del sillón pausadamente, sin querer hacerlo, los párpados empujan hacia abajo de nuevo. Sales de la casa y observas al perro que descansa sobre su caseta. Sientes envidia y por un momento piensas en volver a entrar, pero sabes que no puedes.

Sientes envidia del perro que descansa sobre su caseta...
Despacio, casi arrastrando los pies, te diriges a la cuadra. Te sientas en la silla y tardas muchísimo en ponerte las espuelas. Te levantas, suspiras y te paras un momento antes de ponerle el bocado a tu caballo y montarte en él. Sales al paso y te diriges al "Lomo Bajo" a ver de nuevo las vacas. El mayoral iba a ir a "La Noria" a ver el otro lote. El sol que te da en la cara y el sonido de los cascos del caballo al andar tranquilamente por el carril no te invita a despertarte sino más bien a lo contrario. Es como una nana que te canta el campo bravo. Vas en la montura casi doblado, sin pensar, adormilado. De repente una nube negra contrasta en el azul del cielo, te llama la atención y te despierta. Es una bandada de grajillas que intentan ahuyentar al águila. Entre todos forman una algarabía considerable. Al final consiguen su propósito y el depredador es ahuyentado por la presa.

Las grajillas intentan ahuyentar al águila...
...y pasado un rato el depredador sigue su camino hacia otra parte
Entretanto has llegado al "Lomo Bajo". Las vacas están dispersas por el cerrado, disfrutando del campo y de la naturaleza. Algunos becerros corretean y juegan, otros descansan tranquilos. Vas paseando despacio, observando a cada vaca. Ellas levantan la cabeza, te miran indiferentes unos segundos y siguen pastando plácidamente. Las que te encuentras echadas ni se levantan y las tienes que esquivar. Piensas en la bravura, esa bravura que parece escondida, camuflada entre tanta nobleza. Esa bravura que parecen las vacas tener muy adentro, como si quisieran concentrarla en sus entrañas para transmitírsela al becerro que crían en su interior.

Algunos becerros juegan y otros descansan tranquilos...
...las vacas te miran indiferentes unos segundos...
...y las que están echadas no se levantan y las tienes que esquivar
Entonces, pensando en la bravura concentrada en el interior, te acuerdas de la cárdena aquella que estaba sola por la mañana, aquella que pensabas que estaba de parto. Vas hacia donde estaba por la mañana, en el cerro, cerca de los acebuches. Aunque la inquietud aumenta a cada paso que da tu caballo sigues despacio, muy despacio, al ritmo que marca el campo a través del mosquero. Al pasar por los acebuches observas a unos pájaros extraños. Al principio, por su plumaje negro, crees que son unas grajillas como las que le atacaban al águila, pero al acercarte un pico extremadamente largo les delata. Es una pareja de ibis eremita, un pájaro con una belleza particular. Los ves hurgando en la tierra en búsqueda de alimento. Te quedarías allí, pero la cárdena te espera.

En los acebuches te encuentras a unos pájaros extraños...
...a los que identificas como ibis eremita por su largo pico...
...que utilizan para buscar el alimento en el subsuelo del campo bravo
Pasado los acebuches subes hacia la parte más alta del cerrado, a la caída hacia el otro lado del cerro estaba la vaca estaba mañana. Al llegar arriba ves que está casi en el mismo sitio y, desde la lejanía, te parece adivinar algo negro y pequeño por debajo. La inquietud te acelera y, casi sin querer, le aprietas las piernas al costado de tu caballo para que ande más rápido. La vaca levanta la cabeza y te mira desde lejos, pero al instante vuelve la cabeza hacia el suelo. Con ese gesto te acaba de decir que está recién parida. Cuando te vas acercando ves como la vaca con su hocico anima a su hijo a levantarse.

La vaca con su hocico anima a su hijo a levantarse...
 Poco a poco te acercas más, ya mucho más despacio, sin querer molestar. La vaca de vez en cuando te mira con inquietud pero te conoce y confía en ti. No pierdes detalle y tu corazón se acelera de la alegría. Es el misterio de la vida, el misterio del toro, el misterio de la bravura. El becerrito, ya ha sido limpiado por su madre, pero todavía mojado y con el cordón umbilical colgando, se incorpora como puede. Con las patas abiertas para aguantar el equilibrio espera unos minutos para recuperar fuerzas. Después, tambaleándose, da los primeros pasos. La vaca lo mira y lo huele de vez en cuando, pero ahora no puede hacer nada por él. La ubre está a rebosar de calostro y cuando la vaca se mueve un poco incluso se le sale. El becerro por instinto sabe que tiene que buscar algo que cuelga entre las patas de su madre. De encontrar eso que busca con tanta insistencia depende su vida. Es la primera prueba, el primer "tentadero". El recién nacido se confunde y busca entre las patas anteriores pero ahí no hay nada. La vaca se da cuenta y para ayudarle se mueve un poco y se vuelve. El becerro coge mejor situación pero ahora se confunde con la piel que cuelga en la zona de la babilla. Saca la lengua e intenta chupar pero ahí no hay nada. Por fortuna unos segundos después la vaca se mueve y un poco del caliente y sabroso calostro le gotea al becerro en el hocico. Esas pequeñas gotas indican el camino al recién nacido que, al poco tiempo, saborea por primera vez la leche brava de su madre. A medida que se alimenta se va "encalostrando" y la mirada del becerro se torna placentera y le empieza a entrar sueño. Entonces te das cuenta que es el momento de irte de allí ya que el nuevo "niño" de la camada tiene que dormir.

El becerro busca equivocado entre las patas delanteras...
...luego, mejor situado, se confunde con la babilla...
...para finalmente encontrar el buscado tesoro...
...y a medida que se alimenta se va "encalostrando" y le va entrando sueño
Al paso, pensando en el misterio de la vida y de la bravura, vuelves a la casa. El sol va cayendo y empieza a hacer frío. Te subes la cremallera del chaleco y te calas un poco más la gorra mientras tu caballo continúa moviendo el mosquero de oreja a oreja, como si fuese igual de contento que tú. Al pasar por al lado de un cerrado de toros una silueta, a lo lejos, parece mirarte. Entonces piensas en ese débil becerro y en ese toro de cuatro años con esa presencia impecable. Piensas en el destino de ese becerro que todavía húmedo buscaba la ubre de su madre. Empiezas a pensar en el destino, en la bravura, en la vida y en la muerte, pero otro toro muge a la brisa demasiado fresca que empieza a soplar o al sol que, con los últimos rayos, parece despedirse, y te saca de tus pensamientos.

Una silueta, a lo lejos, parece mirarte...
...pero un toro, con su mugido, te saca de tus pensamientos...
Con el frío apretando cada vez más llegas a la cuadra y le quitas la montura a tu caballo. La pones con los bastos hacia arriba para que se seque el sudor mientras refrescas a la cabalgadura. Después de ducharlo y limpiarlo un poco lo secas bien y le echas un poco de pienso. Lo acaricias y parece agradecértelo oliéndote la mano. Metes la montura en su sitio y te vas despacio hasta la casa.

La fría brisa de la tarde otoñal seca el sudor de la montura...
Al llegar un olor a chimenea te cautiva. El mayoral ya está allí y te cuenta que la negra que viste esta mañana está a punto de parir. Tú lo pones al corriente y le comentas que la cárdena 407 ha parido. Miras por la ventana y el sol se va por el horizonte para dejar paso a una fría y oscura tarde. El mayoral prepara un café. Te entra frío y acercas la silla a la chimenea y piensas, cautivado por el fuego, en el misterio de la bravura...

sábado, 9 de noviembre de 2013

El Misterio del Otoño...(I)

Estamos, aproximadamente, a mitad de otoño. Estás en la ciudad y pareces entristecer. Los días se vuelven mucho más cortos, el frío comienza a aparecer y el invierno espera a la vuelta de la esquina. Frente a tu ventana un árbol caduco tira sus hojas mientras las nubes aparecen. Las primeras lluvias llegan y te molesta. Te mojas al coger el autobús y te estropea algún que otro plan. Hay veces que, por el frío, las mantas te abrazan y parecen no quererte dejar escapar de la cama. Tu estado de ánimo decae y esperas con ansia que llegue de nuevo la luz y el calor. Un fin de semana cualquiera, para salir de tanta monotonía y desánimo, decides ir al campo bravo.

Decides volver al campo bravo...
 Te levantas temprano y coges el coche. Cuando vas llegando al campo apagas la radio, bajas la ventana y sientes una brisa fresca. Al poco tiempo empiezas a sentir frío pero con él entra un suave olor a tierra mojada por la humedad de la noche que no te quieres perder. Conduces despacio por un camino que parte el campo en dos y vas inquieto porque tienes la sensación de que el sonido y la luz del coche le molestan a la noche. Al llegar te pones la gorra campera y sientes aún más frío que en la ciudad pero parece que pasas desapercibido y eso te tranquiliza. Paladeas ese suave olor y, casi de puntillas, te acercas a la casa del mayoral. Él ya no está allí. Supones que estará echando de comer a los toros y vas andando a buscarlo.

Al principio no ves nada pero pronto tus ojos parecen olvidar las farolas de la ciudad y te acostumbras a la tenue luz de la luna. Andas despacio, escuchando cada sonido que produce el campo y al llegar a un suave cerro escuchas el tractor a lo lejos. Te dejas guiar por tus oídos y al poco rato encuentras el tractor parado en un cerrado. Te acercas, saludas al mayoral y, con las luces apagadas, le ayudas a echar el pienso en los cerrados que quedan. Una interesante charla de actualidad taurina hace que el tiempo pase volando y casi sin darte cuenta ha amanecido. Los primeros rayos de luz te alivian el frío un poco y vaís hacia las cuadras.

Al amanecer terminas de echar el pienso...
El mayoral te dice el caballo que tienes que coger y mientras le pones la montura aprovechas para calentarte las manos sobre el pelo del animal. Te montas en el caballo y acompañas al mayoral a repasar el ganado. El sol ya calienta más y no tienes frío. Entonces, poco a poco, la naturaleza te va cambiando el ánimo y el punto de vista con el que ves el otoño. Desde que visitaste por última vez el campo ha llovido algo y el ambiente parece más limpio. El polvo se ha asentado y en los bajos la hierba comienza a crecer. Todavía queda pasto pero las vacas buscan por debajo los tiernos brotes verdes que la naturaleza les ofrece.

Aunque queda pasto, prefieren la hierba verde que empieza a nacer...
Te acercas a las vacas y, entonces, esta época te empieza a gustar todavía más. Algunas vacas han parido ya y observas a los becerros con tan sólo varios días de vida. Uno, por el cerro, corre con el rabo levantado tras la vaca mientras otro te observa desafiante sin separarse de su madre. Tranquilamente, al paso, disfrutas de este momento. Buscando al resto de vacas encuentras, por casualidad, a un becerro durmiendo plácidamente, perfectamente escondido.

Un becerro corre con el rabo levantado tras la vaca...
...otro te mira desafiante protegido por su madre...
...y más adelante te encuentras a un becerro negro durmiendo escondido
Poco a poco repasas con el mayoral todas las vacas. Observas a una negra entrepelada, muy joven, que está casi para dar a luz. La vaca te mira indiferente y sigue comiendo, pero a ti te llama la atención la ubre incipiente y el posible parto. Mientras observas a la vaca el ruido que hace un becerro jugando a camuflarse entre los cardos te distrae y sigues tu camino.

El ruido que hace un becerro entre los cardos te distrae...
Tienes que ir a "El Lomo Bajo" donde está el otro lote de vacas. Pasas cerca de un cerrado de toros y sueñas con que vayan a una plaza de categoría. Incluso piensas en los toreros que los lidiarán y cual podría ser su juego. Mientras tu le das vueltas a tu pensamiento uno de ellos remueve la tierra húmeda con sus pezuñas para echársela a la cara.

Uno de ellos remueve la tierra húmeda para echársela a la cara...
Entretanto llegas del cerrado de las vacas. Están bastante lejos, más allá del arroyo, y tienes que ir a verlas. Ha pasado casi toda la mañana rápidamente, mucho más rápido de lo que hubiese pasado en la ciudad. Es casi mediodía y el sol otoñal calienta un poco más. Te quitas el chaleco y lo amarras a la montura. Desde la lejanía una cárdena muy seria te observa extrañada. Al pasar por el arroyo una bonita mariposa se luce en la tierra mojada por las últimas lluvias y unos trancos más adelante se encuentran las vacas. Te llama la atención una que está un poco más alejada del resto. Te acercas a ella y está tranquila, pero crees que está a punto de parir. Sin molestarla te alejas de allí.

Una cárdena seria te mira extrañada...
...la mariposa se luce elegante en la tierra del arroyo...
...y la que estaba alejada parece estar a punto de parir
Mientras repasas a las últimas ves a un becerro mamar. Te acercas despacio, sin querer molestar, y la madre te mira. Tras unos segundos la vaca parece aceptar tu presencia y te acercas un poco más. Lo haces así un par de veces y ya incluso escuchas al retoño mamar. Estás viendo a un futuro toro bravo alimentarse de la bravura de su madre. Ves como va cambiando de pezón y como incluso le gotea la leche en la cara. Al poco rato el becerro se separa de su madre y te mira satisfecho. En su cara salpicada de pelos blancos se puede ver que está harto, casi empachado. Entonces tu estómago parece acordarse que desayunaste cuando aún era de noche y que ya es mediodía. Es hora de ir a comer. Al paso vuelves hacia la casa.

Te acercas poco a poco, sin molestar...
...y llegas a escuchar al becerro mamar...
...observas como va cambiando de un pezón...
...a otro...
...y como se alimenta de la leche brava de su madre...
...hasta quedar harto, casi empachado
De camino a casa piensas en la cárdena aquella que estaba sola, en la mariposa y en los becerros. Entre pensamientos, dándole vueltas a la cabeza, llegas a la casa. El perro te espera delante de la puerta entreabierta que por su hueco deja salir un delicioso olor a cabrillas con tomate. Quizás te esté empezando a gustar esta época del año...

lunes, 21 de octubre de 2013

Objetivo cumplido ¡Gracias a todos!

Esta entrada tiene como objetivo dar las gracias. No me suelo meter en temas de opinión, actualidad o polémica en este blog, puesto que ni soy periodista, ni gano nada con lo que publico aquí y tampoco pretendo más o menos visitas. Este blog fue creado para compartir mi afición, para compartir mis ratos de campo y vivencias con la naturaleza, pero lo ocurrido con la corrida de Ana Romero en Zaragoza no podía dejarlo pasar. No podía por la sencilla razón de que sabía que ningún periodista hablaría claro de lo ocurrido. Y además, como aficionado al Toro y a la diversidad de encastes, no podía callarme ante tal atropello. Y tras pensarlo bien tuve que contarlo.

Sinceramente, pensaba que la noticia que publicaba en este humilde blog no trascendería mucho. Pero con que algún aficionado supiese lo ocurrido ya merecía la pena. Tras publicarlo pude comprobar como, poco a poco, la afición se iba uniendo ante tal injusticia. Fueron muchos comentarios, muchas muestras de apoyo y de afición los que recibí. Tanto que ya no considero esa noticia y el trabajo fotográfico propio, ya lo considero de todos aquellos aficionados que ayudaron a difundir la noticia por twitter, por facebook, en sus propios blogs y en todo medio de difusión posible. Aparecieron amigos, familia, conocidos, aficionados de todos los tipos... Y todos unidos por el Toro y por la Fiesta. Gracias al trabajo y al apoyo de todos la noticia de la injusticia cometida con esa corrida tuvo una repercusión impresionante. Fueron más de 4000 visitas en poco más de un día, muchísimos comentarios tanto en el propio blog como en twitter y sobre todo fue una muestra de afición desmedida.

Tras esos días me sentí orgulloso de mis compañeros de afición a los que creía separados y cada cual a lo suyo, pero pude comprobar que eso no era cierto, que por defender al Toro todos se unían. Pero faltaba un poco más. Ningún medio taurino, ningún torero, ningún empresario... Nadie de los que vive directamente de esto se pronunció. La afición ya se había enterado y el objetivo estaba cumplido pero faltaba algo más.

Ayer en Tendido Cero soltaron entre dientes y con la boca pequeña: "el domingo se lidió una corrida de Pereda que sustituía a una de Ana Romero rechazada injustamente" La última palabra sonó más bajita que el resto. Parecía que el periodista lo decía como sin querer decirlo, como sin ganas. Pero lo importante es que lo dijo. Otro paso más.

Pero la unión y el apoyo de la afición todavía tenía que dar alguna sorpresa más. Mañana, tras la repercusión que tuvo la noticia, en la revista taurina nacional "6 Toros 6" aparece un extenso reportaje de tres páginas contando lo ocurrido. El reportaje se titula "Ana Romero, atropello en Zaragoza" y las fotos que lo ilustran fueron cedidas por quien os escribe, por supuesto, gratuitamente y sin pedir nada a cambio, porque creo que es la forma de defender al Toro y a la Fiesta, porque ni soy periodista, ni fotógrafo profesional, ni quiero ganarme la vida de ello y, lo más importante, porque es la forma de agradecer a todos ustedes el apoyo recibido.


Quiero que esto sea una muestra de que si luchamos por el Toro y por la Fiesta todos los aficionados unidos podemos cambiar muchas cosas. No olvideís nunca que el eje de la Fiesta es el Toro y, sin embargo, parece ser el único honrado en este mundo taurino. Y tampoco olvideís que los empresarios, toreros y ganaderos viven gracias a nosotros. Sin aficionados el mundo del Toro no tiene sentido, así que denunciar los abusos y unirse para defender nuestra afición, que como habeís visto si nos unimos podemos conseguir muchas cosas ¡Muchísimas gracias a todos!


Nota: en los próximas días el blog volverá a recuperar su actividad normal y volveremos al campo bravo en las secciones que ya conoceís. Un saludo.

lunes, 14 de octubre de 2013

Ilusiones rotas: Ana Romero en Zaragoza

Uno de los días que visité la ganadería de Ana Romero pude ver la corrida de Zaragoza en el campo. Pocos días después fui a ver la corrida que la misma ganadería lidió en El Puerto de Sta María. Tras ver aquellos toros empujar en el caballo y tener casta en la muleta me acordé de los hermanos que esperaban en el campo para Zaragoza. Harto del monoencaste y pensando en aquellos toros decidí ir hacia tierras de Aragón como fuese. Muchos kilómetros encima, dos noches de hotel y un fin de semana cuyo eje era ver lidiar aquellos toros cárdenos. La ilusión por verlos saltar al ruedo y ver el juego que daban calmaba el aburrimiento de tantas horas en coche. Pero literalmente me quedé con las ganas. Y todo porque no convenía lidiar la corrida.

Los siete toros salieron de "Las Cobatillas" a las seis de la tarde del jueves. A las once de la mañana del viernes el camión ya estaba en Zaragoza. La sorpresa fue mayúscula cuando dijeron que no podían desembarcar porque no había sitio. Si se sabía que no había sitio ¿por qué se embarcó tan temprano? Posteriormente nos enteramos los que andabamos por los alrededores de la plaza que la corrida de rejones, que había llegado a la misma hora, si que había desembarcado por la mañana. ¿Si lidiaba más tarde porqué si descargaron? ¿Para los de rejones si había sitio?  ¿Además de lidiar más tarde prefieren bajar la de rejones que está afeitada que la de Ana Romero que estaba en puntas? ¿No había más riesgo de que se estropease la corrida?

Después de tener muchas preguntas sin respuesta lógica los toros esperaban a las afueras de Zaragoza, en un solitario descampado, a que se "pudiese" desembarcar. A las diez de la noche del viernes, 28 horas después, tras cargar unos toros de Cuvillo y Garcigrande, bajaban los cárdenos de Ana Romero. Para colmo de males la luz de los corrales se había estropeado y los toros se bajaron alumbrando con linternas y focos de mano. Así se pesó la corrida y la miraron por primera vez los veterinarios (si es que veían algo). Después de ver a los toros casi a oscuras ya saltaron los primeros comentarios en contra de la corrida. ¿Después de 28 horas en un camión que pretendían?

Casi al mediodía del sábado saltaba la noticia: habían rechazado la corrida por falta de trapío menos al nº 45. El ganadero decidió retirarlo y las ilusiones de nuestro viaje se fueron con las de los toros. Posteriormente llegó a nuestros oídos que apenas había entradas vendidas. Y al poco rato que venía a sustituir una corrida muchísimo más barata. Todo empezaba a cuadrar ¿Con las 28 horas en el camión querían que la corrida perdiese mucho peso y así tener escusa para rechazarla? ¿Al no conseguir su objetivo la rechazaron por falta de trapío? 

Para añadir más leña al fuego no querían embarcar la corrida rechazada por si hacían falta toros ¿Lidiar toros rechazados previamente? El ganadero se opuso y pidió un camión para llevarse la corrida. La empresa, al parecer, le dijo que no tenía camiones disponibles y que tenía que esperar, curiosamente, a que terminase la corrida de la mañana del domingo. Un día más los toros en los corrales. Se embarcó la corrida la tarde del domingo y en los cajones sobrantes iban tres toros de Zalduendo ¿Tuvieron a la corrida un día más para ahorrar un viaje del camión? Los toros de Ana Romero pasaron por Cáceres para descargar los sobreros y a las 23 horas del domingo todavía les quedan muchos kilómetros por recorrer.

A continuación os pongo algunos toros de Cuvillo lidiados el día 10 de Octubre y dos de ellos que volvieron a la finca y que no quisieron ni de sobreros:

Toro de Cuvillo nº 212 lidiado por Padilla en primer lugar. Peso: 509 kg



Toro de Cuvillo nº 50 lidiado por el Cid en segundo lugar. Peso: 499 kg



Toro de Cuvillo nº 171 lidiado por el Cid en cuarto lugar. Peso: 489 kg (este toro fue rechazado en Sevilla en Abril)



Toro de Cuvillo nº 56 lidiado por Fandiño en sexto lugar. Peso: 481 kg (fue condenado a banderillas negras)



A continuación teneís dos toros de Cuvillo que estaban en los corrales de la plaza de Zaragoza y ni aparecieron en el sorteo ¿fueron rechazados? ¿no los quisieron los toreros?

Toro de Cuvillo nº 220. Volvió al campo.



Toro de Cuvillo nº 49. Volvió al campo.



Aquí teneís la corrida de Ana Romero en el campo y en los corrales de la plaza a las pocas horas de bajar del camión:

Toro de Ana Romero nº 9. Peso: 503 kg. Rechazado por "Falta de Trapío"





Toro de Ana Romero nº 17. Peso: 472 kg. Rechazado por "Falta de Trapío"




Toro de Ana Romero nº 23. Peso: 479 kg. Rechazado por "Falta de Trapío"





Toro de Ana Romero nº 33. Peso: 489 kg. Rechazado por "Falta de Trapío"





Toro de Ana Romero nº 39. Peso: 467 kg. Rechazado por "Falta de Trapío"




Toro de Ana Romero nº 45. Peso: 629 kg. Unico toro "Aprobado" de la corrida




Toro de Ana Romero nº 103. Peso: 505 kg.Rechazado por "Falta de Trapío"





Después de ver los toros rechazados de Ana Romero os dejo los lidiados de la ganadería de Juan Pedro Domecq el sábado día 12 de Octubre:

Toro de J.P.Domecq nº 156 lidiado por "El Cordobés" en primer lugar. Peso: 501 kg



Toro de J.P.Domecq nº 60 lidiado en segundo lugar por Padilla. Peso: 530 kg



Toro de J.P.Domecq nº 140 lidiado en tercer lugar por "El Fandi". Peso: 545 kg



Toro de J.P.Domecq nº83 lidiado en cuarto lugar por "El Cordobés". Peso: 558 kg



Toro de J.P.Domecq nº 165 lidiado en quinto lugar por Padilla. Peso: 567 kg



Toro de Parladé nº 18 lidiado en sexto lugar por "El Fandi". Peso: 511 kg



Por último os dejo los sobreros. Pertenecen a la ganadería de Zalduendo:

Toro de Zalduendo nº 41. Peso: 525 kg. Estuvo de sobrero en las corridas de los días 9, 12 y 13 de Octubre.



Toro de Zalduendo nº 47. Peso: 499 kg. Estuvo de sobrero en las corridas de los días 10, 12 y 13 de Octubre.



Tras muchas horas de viaje y muchas ilusiones rotas me quedé con las ganas de ver la corrida. No voy a dar mi opinión al respecto de la decisión de rechazar la corrida y sobre otros comportamientos como dejar la corrida 28 horas en el camión. Ahí tienen toros que fueron aprobados y otros que fueron rechazados. Juzguen ustedes mismos.

Para finalizar tengo que agradecer la acogida tan buena de la gente de aquella tierra, la compañía de mi familia y mis amigos y demostrar mi apoyo a la ganadería de Ana Romero. También agradecer a todos los amigos de twitter que habeís difundido lo ocurrido. Saludos a todos.