Termina ya el puente por la festividad de "Todos los Santos" incluido el día especial de "Todos los Difuntos". A mí este segundo día no me entristece como a la mayoría de las personas. Para mí es un día más, en el que lo único que cambia es que quizás me gusta pensar en aquellos antepasados que se fueron y no conocí. Cómo serían, cómo vivirían... Es más incógnita que otra cosa. Y no es que yo sea un insensible por no ir al cementerio o pensar en los míos, es que lo afronto de otra manera. Mi abuelo se fue hace varios años ya pero para mí este día en ese sentido no significa nada. Me acuerdo de él todos los días, no sólo ese día. Pienso en él antes de acostarme, no tiene que aparecer un día con un nombre que me diga que tengo que pensar en él. Y para ir a visitar sus restos al cementerio evidentemente no voy este día donde sólo hay bullicio, flores y gente. Voy cuando sé que no habrá nadie, cuando allí se respira paz y tranquilidad. Y me acuerdo tanto de mi abuelo porque creo que eso es lo único que nos diferencia del resto del mundo, el recuerdo. Se que no lo volveré a ver pero mientras su recuerdo esté vivo es como si él permaneciese vivo.
Y es que la muerte es el fin de la vida, de nuestros días, de nuestro pensamiento, pero no de nosotros. Mientras exista alguien que nos recuerde es como siguiesemos vivos. Es tan importante lo que hacemos cuando vivimos como el recuerdo que dejamos a los demás cuando nos vamos. Y eso es casi único y exclusivo del ser humano, pero no del todo. Hay otro ser que también tiene ese privilegio de ser recordado, es el toro bravo. Decía D.Jaime Pablo-Romero entre otras cosas "La vida del toro, lo que es la vida pública del toro, son quince minutos y lo que tratamos durante cuatro años es que esa vida pública de ese toro sea lo más digna y más importante posible para que cuando muera sea de los pocos seres irracionales que por esos quince minutos de vida importantes pasan a la historia. Por lo menos para mí me justifica el cariño y la muerte segura, la posibilidad de pasar a la historia en quince minutos". Y desde mi punto de vista lleva mucha razón.
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El toro bravo tiene el privilegio de poder ser recordado para siempre |
Muchos animales mueren sin la oportunidad de ser recordados, en la oscuridad de un matadero, tras una vida desconocida y sin el más mínimo recuerdo. El toro, al igual que el hombre, tiene el privilegio de poder ser recordado durante muchísimos años pasando a la historia, y al igual que el hombre, depende de él mismo. Muchas personas murieron hace muchos años y se mantuvo su recuerdo mientras los que los conocieron vivieron pero nada más. Sin embargo, aquellas personas excepcionales siguen con su recuerdo vivo tras el paso de los años. Y con el toro pasa igual. ¿Alguien no recuerda a Islero, Velador, Atrevido, Idílico y tantos otros? Su recuerdo seguirá vivo durante mucho tiempo. Muere el toro pero su bravura lo hará inmortal. Ninguna especie más tiene ese privilegio.
Y ahora pretenden quitar la muerte del toro en la plaza. Y todo porque la muerte está mal vista. Siempre fue un tema tabú para el hombre. El final de la vida, el temor a no saber que pasará después. Pero actualmente, en la sociedad que vivimos, la muerte es un tema a evitar, es algo que hay que esconder. Y no se dan cuenta que lo mejor es afrontarla como es, natural como la vida misma. Nacemos, vivimos, morimos. Es el ciclo de la naturaleza, de la vida. Cualquier ser que nace, antes o después, morirá. Porque la vida es eso, sólo un camino, y lo importante no es que se acabe sino lo que hiciste durante ese camino. Pero la sociedad actual no la ve como algo natural. La esconde. En la naturaleza los animales se matan unos a otros para sobrevivir, porque la muerte es vida. Muere un animal para que otro viva. Es natural. Y en el toro bravo entiendo que no sea para sobrevivir, aunque los toros luego se comen como el resto, pero en el toro bravo es en la especie donde la muerte es vida más claramente. Sino existiese la lidia del toro no existiría la especie. La muerte de esos toros en la plaza permiten que en este otoño nazcan los becerros que dentro de cuatro años se lidiarán. Es un ciclo. Un ciclo que si adulteramos quitando la muerte se rompe y tampoco hay vida.
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La muerte siempre presente, incluso los mismos toros se matan entre ellos en el campo |
Y ahora dicen eso de que se quite la suerte suprema, que no se mate al toro en la plaza. Señores, no vereís matar ese toro en la plaza, pero morirá en el justo momento de entrar hacia los corrales. Quitando la muerte en la plaza no se evita la muerte de ese toro. Y me parece una injusticia para el toro porque la lidia es una lucha a muerte tanto para el toro como para el torero, y en la suerte suprema el toro es donde, quizás, tenga más opción a ganar el combate. Es donde se cruza la muerte de uno con la del otro. Si la quitamos carece de sentido. Además quitarla me parece un egoísmo y no voy a explicar porqué, lo explica mejor D.Angel Peralta con sus palabras: "Sino hubiesen hombres capaces de criarlo y de matarlo es una raza que no existiría. Además el toro a cambio del orgullo de su bravura entrega su vida, es el único animal que el hombre no mata a traición, el hombre no va en busca del toro, es el toro el que viene en busca del hombre, en busca de la pelea y esa pelea tiene que tener un final que es la muerte del toro. Lo que es un egoísmo es hacer lo que hacen en Portugal que le ponen banderillas al toro, le ponen cuarenta cosas, después lo encierran y humillado lo matan en un matadero. Eso sí que es un egoísmo porque se es capaz de disfrutar la bravura del toro y no se es capaz de afrontar su muerte y no es un sentimiento de no ver morir al toro porque se tenga lástima del toro sino porque no se quiere sufrir de verlo morir"
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La suerte suprema, donde se cruzan la muerte de ambos |
Que razón lleva D.Angel. Todas esas personas que quieren quitar la muerte del toro en la plaza es por eso, para no verlo morir, porque todos saben que ese toro morirá nada más acceder a los corrales. Y ese es el problema que tiene esta liturgia, que se ve morir al animal. No es lógico que se manifieste más gente en contra del toro que en contra de los mataderos donde allí se matan millones de animales más que en las plazas y de una manera más cruel. Allí esos animales, además de haber vivido en unas condiciones mucho inferiores y mucho menos tiempo que el toro bravo mueren sin la mínima oportunidad de defenderse, de una forma antinatural totalmente. El toro bravo, como todos los animales en la naturaleza, tiene la oportunidad de defenderse y ganarse su vida, en un matadero a todos les cae encima la muerte sin la mínima posibilidad de defensa. A esos animales que mueren todos los días en un matadero nadie los recordará nunca. Cuando mueren lo hacen definitivamente. Nadie se acordará de ellos. Sin embargo el toreo tiene mucho más detractores porque esa muerte se ve y se sufre con ella. Y, como ya he dicho, la muerte está mal vista en la sociedad. Si mueren un montón de animales en los mataderos no pasa nada porque no lo vemos, en la plaza como lo vemos y sufrimos si pasa y hay que quitarlo. Pues no señores. Se equivocan.
He visto a más de una persona ver imágenes de un matadero y decir en ese momento "Ya no como más carne" y luego, a los dos días, cuando se le olvidan las imágenes vuelve a comerla y hasta disfrutarla. Porque lo que genera rechazo no es la muerte del animal sino el sufrimiento que la muerte de ese animal genera en nosotros.
En fin, que me distraigo, que yo no debería estar escribiendo esto, que hace dos días del día de los Difuntos y debería estar acordandome de mi abuelo. Ah no, que no me acordaba, que mi abuelo tuvo la posibilidad de dejar un recuerdo tan importante en mí que no hace falta que nadie me recuerde que tengo que acordarme de él. Y sé que hasta que yo no muera él no morirá, porque lo llevo en mi recuerdo y siempre estará conmigo. Porque él si tuvo esa posibilidad...